martes, 16 de julio de 2024

Con subtítulos.


I.

Anoche un sueño extraño, con subtítulos.

Aparecía yo, pero no era el héroe.

Había al menos veinte personas, en el sueño, entre conocidos y desconocidos.

Todos hablábamos un idioma extraño y yo no entendía bien qué pasaba.

Por lo mismo, decidí salir de escena y observar el sueño, que ocurría en una especie de escenario.

Fue entonces que descubrí los subtítulos.

Y claro, tras leerlos, pude entender un poco más aquello que ocurría.

De igual forma, me quedé sin saber, finalmente, lo que había dicho yo.


II.

Desperté a medias de ese sueño.

Justo cuando comenzaba a descifrar algunas de las palabras que ahí usaban, a partir de su relación con los subtítulos.

Lo que mostramos son dedos, no números, le decía un desconocido a otro, cundo desperté.

Se lo decía como en una discusión, aunque no recuerdo mayores detalles.


III.

Luego del despertar, pensar.

Solo pensar, aunque no quieras.

Y ahora, además, sin subtítulos.

Solo me interrumpe a ratos el dolor de una fractura en mi codo derecho.

Un dolor al que intento, hace semanas, no atender.

Así, evito los signos de dolor, al menos.

En tanto, me vuelco sobre mí mismo: sin signos, solo con un qué.

Un qué sencillo, que no espera respuesta.

La introspección, después de todo, no nos dice nunca qué es pensar.

Así que no me lo pregunto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales