miércoles, 3 de julio de 2024

Ella y él conversan sobre algo.


Ella y él conversan sobre algo.

Nada especial, infiero, según sus expresiones.

De igual forma, logro acercarme lo suficiente como para poder escuchar.

Mientras lo hago, intento memorizar lo que dicen, para anotarlo después si siento que valió la pena.

-Lloré tanto esa vez que al final se me arregló la vista -dice ella, con tono alegre.

-¿Se te arreglo la vista? -repite él-, ¿qué tiene eso que ver?

Ella hace una pausa para beber un sorbo de gaseosa.

-No sé bien -dice ella, poco después-, pero lo cierto es que se me arregló... Supongo que el exceso de lágrimas mejoró algo o tal vez se reacomodó alguna pieza… yo qué sé.

Él la mira como intentando ver si está bromeando, pero tras un momento parece determinar que no.

Yo actúo de la misma forma, por cierto.

-Nunca supe que tuvieses mala vista -dice entonces él-. O no recuerdo.

Ella lo mira como si no entendiese a qué se refiere.

-Hablo de antes, por supuesto -explica él-. No recuerdo que hayas comentado alguna vez que tenías mala vista…

-Da igual -dice ella, sin darle importancia-. El punto es que ahora no la tengo.

Él asiente, sin agregar nada más.

Nada más a ese respecto, me refiero.

Luego, hablan de cosas del trabajo, que yo dejo de anotar.

Finalmente, me voy de aquel lugar, pues la conversación se ha vuelto insoportable.

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