miércoles, 13 de diciembre de 2023

Esas cosas.


Soñó durante meses con un planeta lleno de esas cosas.

Por supuesto, no todos los días soñaba con aquello, pero le había ocurrido intermitentemente a lo largo de ese tiempo.

En el sueño, él recorría ese planeta, y descubría que, fuese donde fuese, siempre el lugar estaba lleno de esas cosas.

Así y todo, cuando intentaba relatar a alguien aquellos sueños, terminaba fracasando estrepitosamente.

Y es que las cosas de las cuales estaba lleno aquel planeta, eran cosas que no acertaba a describir, aunque permanecían en su consciencia claramente, en plena vigilia.

Lo intentó con palabras, con formas, con dibujos… hasta comparándolas con sensaciones, pero al final tuvo que rendirse, pues esas cosas resultaron ser absolutamente intransmisibles.

Finalmente, cuando dejó de intentar explicarlas, su sueño terminó.

Es decir, no volvió a soñar que se encontraba en aquel planeta.

De todas formas, eso no lo tranquilizó en lo absoluto.

De hecho, según nos dijo, la ausencia de ese sueño no hizo sino acrecentar la presencia de aquellas cosas.

-Ahora están en este planeta -me dijo una vez-. Estoy consciente de que están acá y ni siquiera puedo advertir a nadie.

-¿Acaso son malas esas cosas? -le pregunté esa vez.

Él pareció pensarlo un poco y luego rio, simplemente, sin contestar directamente a mi pregunta.

-Tú ya sabes de qué hablo -me dijo.

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