miércoles, 6 de diciembre de 2023

Contradictorio, pero cierto.


Parece contradictorio, pero es cierto.

Con los años, he aprendido que es cierto.

No sé bien cómo decirlo, pero así lo resumo:

Siempre tengo razón y siempre me equivoco.

Dicho esto, debo agregar que duele más lo primero que lo segundo.

Del error te desprendes, a fin de cuentas, pero la razón la cargas.

La llevas contigo, como la piel.

¡Cuánto desharía no tener razón!

¡No saben qué alegría sería descubrir que el error está en la lógica!

Pero no es así.

Lamentablemente no es así.

Lo conversé con alguien hace unos días, y al parecer me comprendieron.

Así y todo, la comprensión no trajo alivio.

Debes estar tranquilo, me dijeron.

Si lo piensas, los niños juegan a marearse, por este mismo motivo.

Y nunca termina ese juego.

Y sí… parecía algo contradictorio, pero era cierto.

Porque parecía contradictorio -pienso ahora-, resultó ser cierto.

Un nuevo tipo de axioma, entonces.

Una conclusión tan apresurada como complaciente.

Fue entonces que saqué un cuaderno y ordené mis apuntes.

No como acá, por cierto, sino de forma rigurosa y acabada.

Varios días ocupé en aquello.

Demasiados, tal vez, ahora que lo pienso.

Tuve razón, por supuesto, mientras lo hacía.

Es decir, nunca me separé de la razón.

Pero de igual forma el equívoco llegó, como siempre termina haciéndolo.

Como ven, siempre tengo la razón y siempre me equivoco.

Esa es mi maldición, y mi consuelo.

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