viernes, 1 de septiembre de 2023

Una iluminación en cuatro actos.


Mis iluminaciones son extrañas.

Esta vez, por ejemplo, tuve una iluminación en cuatro actos.

Por lo demás, no comprendí que se trataba de una iluminación hasta que terminó el tercero de ellos.

En el primer acto alguien que podía ser Aladino frotaba una lámpara, sentado a solas, sobre la arena.

Lo hacía largamente hasta que, cansado, la arrojaba lejos de sí, para luego levantarse y seguir su camino.

Posteriormente, en el segundo acto, observé como un camello llegaba a solas hasta aquel lugar, se detenía frente a la lámpara que antes había sido arrojada y la observaba con atención.

Luego de un par de minutos, el camello comenzaba a reír, incluso lanzando fuertes carcajadas.

Carcajadas que sonaban como (supongo) deben de sonar las carcajadas de los camellos.

El tercer acto, en tanto, se desarrollaba en una región distinta.

En un lugar pedregoso, junto a un río.

En su interior, una persona cuya apariencia no lograba distinguir, sacaba piedras desde el río y las arrojaba a la parte seca.

Es decir, arrojaba las piedras hasta fuera del río, hasta que estas iban a chocar contra otras rocas, fuera del agua.

Hacía esto una y otra vez mientras yo esperaba que sucediera algo más.

(Algo que por cierto no ocurrió)

Fue entonces que comprendí que se trataba de una iluminación, y de inmediato comenzó el cuarto acto.

En él, había una campana muy alta, sobre un soporte de metal, en medio de la arena de los dos primeros actos.

Del péndulo de la campana colgaba una cuerda, que parecía estar muy alta para que cualquier hombre la pudiese alcanzar.

A lo lejos, se veía un par de figuras caminar, probablemente un hombre y un camello.

Antes de despertar, me pareció sentir que al menos una de mis manos, empuñaba una piedra.

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