jueves, 28 de septiembre de 2023

En el fondo del río la corriente no te arrastra.


I.

En el fondo del río la corriente no te arrastra.

Pasa sobre ti, pero no te lleva.

Puedo asegurarlo.

No es cuestión de peso, sino de actitud.

Después de todo, hay pequeñas piedras quietas en el fondo,
mientras que a otras, más grandes, las arrastra la corriente.


II.

Otro ejemplo.

Una vez, encontré un reloj de pulsera en un río.

Estaba al fondo, en una parte baja, aprisionado entre unas piedras.

De hecho, parecía que alguien hubiese depositado las piedras sobre el reloj.

El reloj estaba detenido, por cierto, pero no dañado.

O la hora del reloj, más bien, era la que estaba detenida.

El reloj indicaba, por cierto, que era resistente al agua.

Probablemente no haya sido mentira.

Pero le faltaba indicar que resistía la presión del agua; no la corriente.


III.

No sé tú (no sé cómo saberlo), pero al menos yo entiendo.

Lo digo mal para los otros, pero en el fondo es cuestión de voluntad.

Puedo asegurarlo, aunque no creas:

Siempre en el fondo es cuestión de voluntad.

Un reloj bajo las piedras.

Un guijarro, apenas, adherido al fondo.

O hasta un cuerpo que no flota.

Puedes entender o no entender: la elección es tuya.

Si te hace o no sentido, será siempre tu problema.

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