sábado, 3 de junio de 2023

Ganas de fumar.


Desperté esta mañana con ganas de fumar.

Lo extraño es que no fumo.

Tal vez de adolescente, probablemente, probé un cigarro y no me gustó.

Desde entonces me da asco, incluso.

Pero claro… así y todo desperté con ganas de fumar.

Pensé que regresaba mal de un sueño y que se pasaría prontamente.

No fue así.

Más tarde, al mediodía, fui con mi hijo al supermercado.

Mientras caminábamos, yo seguía pensando en mis extrañas ganas de fumar.

Y las mantenía todavía, de cierta forma.

Ya cerca del lugar, mi hijo golpeó con un pie una cajetilla abandonada en el suelo.

Una cajetilla blanca, de cigarrillos comunes.

Resultó que estaba llena.

Sellada, incluso.

Él tampoco fuma, pero la recogimos igualmente.

La observé.

Miré la marca, las palabras en el envase… pensé que podía encontrar algún mensaje oculto probablemente.

No fue así.

Poco después, le conté a mi hijo del sueño, pero no sé si me creyó.

O más bien, sí me creyó, pero no le dio mucha importancia.

Ya en casa, observé la cajetilla y consideré abrirla.

Qué sé yo quién soy, a fin de cuentas… me dije.

Así y todo, pasaron los minutos, y no la abrí.

Por lo mismo, la dejé simplemente, sobre la mesa.

Dejaste en el sueño al que no fuma, comentó mi hijo, mientras almorzábamos.

No dejé a nadie en el sueño, le contesté.

Terminamos de almorzar.

Mi hijo lavó los platos y recogió las cosas de la mesa, esta vez.

Supongo que botó la cajetilla, pues no he vuelto a verla desde entonces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales