jueves, 23 de marzo de 2023

Lo que nada significa.


A todos nos atrae lo que nada significa.

Admitamos eso, al menos, en primera instancia.

Luego, si quieren, hablemos de otras cosas.

Y es que yo, si soy sincero, no tengo en realidad ningún apuro.

En tanto, mientras espero a que se decidan, escribo y borro sobre una pizarra en blanco.

Frases importantes (no como estas) son las que escribo en esa pizarra.

Verdades, casi, escritas velozmente y con letra irregular.

Así, su demora es la culpable de la desaparición de esas palabras.

No me vengan, luego, con reclamos.



A todos nos atrae lo que nada significa.

Desconozco la razón, pero puedo afirmarlo con seguridad absoluta.

Como sonámbulos vamos hacia el significante vacío.

Nos precipitamos día y noche, hacia la cáscara hueca.

Ese es un hecho, si lo piensas un poco.

Puede que ustedes no lo admitan, pero es cierto:

Sin duda nos atrae lo que nada significa.

Eso es y (prácticamente) no hay más.

Dicho esto, tal vez alguien piense, incluso, que huimos del significado.

O que nos libramos de él como si nos quitásemos ropas sucias.

Yo considero todo aquello, por supuesto, pero no lo tengo muy claro…

¡Vaya a saber uno quien tiene razón en todo esto…!

¿Todavía no se entiende?

Pues así es justamente cómo nos atrae lo que nada significa.

Así es como podemos demostrarlo, me refiero.

De todas formas, ustedes pueden elegir si quieren o no quieren entenderlo.

Yo ya dije (aunque no se notara) lo que debía decirse.

Nos atrae, reitero, lo que nada significa.

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