miércoles, 1 de junio de 2022

Aun si existe y ama.


-Aun si existe y ama -me dijo-, no hay que dar todo por sentado. Y es que, si existe y ama, eso no quiere necesariamente decir que “nos” ama. No sé si me explico.

-Solo hasta cierto punto -le dije-. ¿Podría ser más concreto?

-¿Más concreto o más específico?

-Creo que más… directo. Sí. Esa es una mejor palabra.

-De acuerdo -comentó-. Lo intentaré.

-Gracias -señalé.

Él hizo una pausa, como si necesitase ordenar sus ideas, y luego habló.

-El invento de la gracia y el amor de dios como un regalo es lo que ha provocado a fin de cuentas la muerte de dios.

Como se detuvo aquí, debí preguntar.

-¿La muerte de dios?

-Sí -contestó-. Pero se queda usted con las últimas palabras que no son aquí lo más importante.

-Lo lamento -comenté.

-Además, si bien dije “la muerte”, también pude decir la no necesidad de que dios exista. Lo importante en todo caso es que hacemos desaparecer su voluntad cuando hablamos del amor como gracia.

-…

-Me refiero a que el amor de dios no solo se otorga, debes ganártelo. Y no quiero repetir con esto esa idea tan trillada de ser o convertirse en un recipiente digno. Hablo más bien de crear ese amor. De fabricar el amor de dios. De construir y envolver tu propio regalo.

-¿Crear a dios o crear el amor de dios? -pregunté, intentando comprender.

-En parte es lo mismo -explicó-. Crear a Dios negándote a ti mismo, en definitiva, para que él exista.

-¿Para que exista su amor, entonces?

-En parte, pero no comprendes -señaló-. Para comprender primero debes desdibujarte y aprendas a negarte, conteniéndolo. Luego comprenderás lo absurdo de entender el amor como un regalo. O como un regalo que se recibe. O de entender el amor, simplemente…

-Es cierto que no comprendo -acepté.

-Por supuesto que es cierto -concluyó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales