jueves, 9 de junio de 2022

Un hombre y un caballo y otro hombre.


Un hombre intenta mover un caballo. Está montado sobre él. Lo toma de las riendas, pero el caballo no se mueve. Otro hombre lo observa.

-Yo no quiero, pero mire. Me obliga.

-¿Lo obliga a qué?

-Pues a eso… ya sabe… no me haga decirlo.

-¿A golpearlo?

-No es eso exactamente, pero sí. No sé qué más hacer.

-¿Ya probó con una moto?

-No. No tengo.

-Lo lamento.

-Además, estoy sobre un caballo y no sobre una moto.

-Es cierto. Bajo usted hay un caballo.

-Así es. Un caballo terco.

-¿Ese es el nombre del caballo?

-No.

-¿El color, entonces?

-No. Tampoco.

-Entiendo.

-Ayer me pasó lo mismo. Estuve seis horas sobre el animal y solo avanzó unos pasos, cuando quiso.

-¿Cuando quiso qué?

-Pues no sé… me refiero a que el caballo avanzó cuando quiso.

-¿Con usted arriba?

-Sí, conmigo arriba, pero solo fueron unos pasos.

-¿Y está seguro que fue cuando él quiso?

-¿A qué se refiere?

-A que tal vez avanzó cuando no quiso…

-Y entonces, ¿cuando quiso no avanzó?

-Eso no podemos saberlo. Lo importante son los pasos.

-Así es. Eso pensé yo, para darme ánimos.

-¿Y hoy?

-Pues hoy nada. Y no quiero tener que… bueno… pues ya sabe…

-¿Golpearlo?

-Así es. No quiero.

-Piénselo así: sin latigazos, Jesús no llevaba la cruz a ningún sitio.

-¿Eso cree usted?

-Eso creo.

-Puede ser… pero no sé… creo que le daré una chance más de avanzar sin golpes.

-¿Una chance más?

-Sí. Una hora más, digamos. Luego ya veremos.

-¿Veremos?

-Sí. Ya veremos luego.

-¿Y qué va a hacer mientras?

-Pues no sé… decidir a dónde quiero que me lleve, tal vez.

-Sabia decisión.

-Gracias. Si quiere puede usted acompañarme.

-¿Se refiere a que me quede aquí y espere con usted?

-Así es. Espere usted. Pero en silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales