jueves, 2 de junio de 2022

Todos duermen.


Primera vez que despierto y veo que todos duermen.

Los observo primero, en calma, hasta que poco a poco se instala el miedo.

Nadie me ve. Nadie me observa. Nadie sabe que estoy despierto.

Y es que todos duermen mientras los observo.

Incluso, por un momento, tengo la impresión de que podría verme, durmiendo.

Cierro los ojos. Los abro. Vuelvo a cerrarlos.

Al otro lado de mis párpados, los que duermen parecen muertos.

No se mueven, mayormente. O no los escucho moverse, al menos.

Vuelvo entonces a abrir los ojos. Poco o nada ha cambiado.

Sus cuerpos se mueven levemente. Tal vez, uno sueña que lo observo.

Pienso entonces que debe existir algo así como un interruptor, en algún sitio.

Un interruptor que apague el mundo, para que nosotros despertemos.

No lo busco, en todo caso, pero estoy seguro que podría encontrarlo.

Mientras los otros duermen, podría encontrarlo. Estoy seguro.

Por el momento, sin embargo, me envuelve un temor absurdo. Me aprisiona.

Y la peor prisión es esta: no saber para qué estás despierto.

¿Para qué despertarlos?, me digo. ¿Para qué despertarlos?

¿Podría acaso alguien responderme aquello?

¿Pueden explicarme acaso por qué se instala el miedo?

Esas cosas te pregunto.

Pero probablemente tú también, estés durmiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales