lunes, 13 de diciembre de 2021

La bomba.


-¿Y después?

-Después explotó, simplemente. Magníficamente. Sobre la ciudad explotó, ya te lo he dicho.

-¿No puedes explicarte mejor?

-Hablo sobre lo que vi. Sobre la explosión. Mejor sería decir que vi la bomba abrirse y vi brotar de ellas millares de ojos. Ojos que caían en todas direcciones por distintas partes de la ciudad. Ojos cuyas pupilas se movían mientras caían y descubrían la ciudad al mismo tiempo que la explosión los lanzaba en todas direcciones…

-¿Inventas?

-No invento. Pero pasa que yo también soy como un ojo. Y cada ojo vio al mismo tiempo la misma ciudad y una ciudad distinta. Yo vi esa bomba, digamos. Esa explosión. Fui testigo de esa ciudad que desaparecía a medida que era vista por esos millares de ojos que eran los últimos testigos de una ciudad que probablemente ellos mismos hacían desaparecer.

-¿Probablemente?

-Claro. Solo probablemente. Recuerda que yo también soy un ojo que veo en una sola dirección. No tengo acceso a la ciudad de todos. No puedo asegurar nada.

-No lo asegures, entonces. Pero dime ahora, ¿qué ocurrió antes?

-¿Antes?

-Sí, antes. Antes de la bomba.

-Antes ocurrió lo que ocurre ahora. Antes es ahora, ya sabes.

-¿Ya lo sé?

-Exacto. Ya lo sabes.

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