martes, 27 de julio de 2021

Pienso que es un error.


Pienso que es un error. Que es un error, pero que no importa. Además, pocas cosas resultan finalmente, no ser errores. No diré que sean aciertos, pero al menos resultan ser errores fallidos. Digamos entonces que apuesto por eso. Con eso me conformo. Con realizar esa última acción y que el error sea distinto al presupuestado, o que derechamente no lo sea. La alternativa, por otro lado, era simplemente la inercia. La no acción para evitar el fracaso. Descansar el peso sobre la masa, digamos. Y luego quedarse así. Contando el tiempo con un único par de números. Una existencia binaria donde el error no tiene cabida, porque nada tiene cabida. Puede que lo describa de mala forma, pero conozco a muchos que lo prefieren así. Paso junto a ellos evitando juzgarlos. No los envidio ni pretendo esa opción. Paso junto a ellos simplemente, con piedras en mis zapatos. Se me abren heridas en los pies, pero me mantengo erguido. Camino hacia el error, pero soy consciente de cada uno de mis pasos. El error es real. Igual que el dolor y el movimiento. Y es que todos ellos, finalmente, resultan tan absurdos como necesarios. Pienso que es un error, pero sigo, en definitiva. No existe nada más, fuera de mi sangre y de mis pasos.

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