jueves, 17 de junio de 2021

Cajas dentro de otras cajas.


Para ahorrar espacio metemos cajas dentro de otras cajas. Cajas de cartón, me refiero. Las fuimos acumulando en diversos lugares a medida que llegaban productos. Encargos de libros. Partes de un computador. Una estufa. Una tv. La caja de cartón en que venía, incluso, un refrigerador. Ocurrió entonces que las vaciamos y las fuimos dejando por ahí, en distintos sitios. Y ocupaban, por supuesto, gran espacio. Siempre me ocurre un poco así, digamos, con las cosas. Solo que con las cajas es un poco más absurdo, pues existe todo el tiempo la opción de botarlas y por alguna razón que no tengo del todo clara me niego a hacerlo. Tal vez pienso que las necesitaré prontamente, de alguna forma. Y sean útiles entonces para llevar todo hasta otro sitio.

Puede que a nadie le importe, pero debo confesar que con la escritura me ocurre lo mismo. Acá en el blog, me refiero. He pasado de dejar el contenido acá -si es que lo hubo alguna vez-, a ir amontonando las cajas. Unas sobre otras, en este caso, pues el espacio virtual es aparentemente ilimitado, y no requiere mayor disposición. Aun así, me preocupe más de lo que creen respecto a la ubicación en que se encuentran.

La posición de cada caja, la cantidad que puedo apilar. Y hasta la necesidad de contar con una buena base, por ejemplo.

Así, mientras esto ocurre, simplemente me voy llenando de cajas. Virtuales y reales, a medida que pasa el tiempo. Si esto fuera una narración o algo que pretenda tener estilo terminaría hablando de la caja esa de madera en que a veces van a parar todas las otras cajas. Pero no es el caso. Lo que ocurre simplemente es que me lleno de cajas.

Ya ni sé para qué las guardo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales