martes, 15 de junio de 2021

Alguien estacionó fuera de casa.


Alguien estacionó fuera de casa. No vi quien fue. Lo extraño es que había espacio en toda la calle. Y no hay sombra especial o algún beneficio extra al estacionar aquí. Así que alguien estacionó acá, simplemente, y luego se fue hacia otro sitio. A visitar otra casa, supongo, pues no hay más que casas en esta calle. Nada comercial, me refiero, ni oficina de ningún tipo. Estacionaron acá, nada más, diría alguien más concreto. No hay más historia.

Pasan las horas, sin embargo, y llega la noche. El auto sigue ahí y no se ve nada distinto en el lugar. Tal vez alguien lo estacionó acá para dar una sorpresa en otro sitio, o quizá se trate de un o una amante, que no quiere dar que hablar, estacionando frente a otro lugar.

Más allá de las posibles razones, debo reconocer que la situación comenzó a inquietarme. Con toque de queda y de madrugada el auto seguía ahí. También en la mañana siguiente y así hasta que completó tres días. No sé qué se hace en esos casos, tal vez dar aviso a carabineros… no sé bien. Ni siquiera hablo con los vecinos e ir a preguntarle a alguno si sabe algo, me parece una situación incómoda.

A pesar de aquello, supongo que me acostumbro bien a ese tipo de situaciones. A las situaciones incómodas, me refiero. Algunos dirían, incluso (aunque sin saber), que me gusta prolongar la tensión. Y es que, en realidad, me da lo mismo si el auto se vuelve chatarra allá afuera, mientras yo envejezco acá adentro. Después de todo, sabemos lo que hacemos hasta que dejamos de saberlo, no hasta que dejamos de hacerlo. O algo así, al menos, escuché una vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales