domingo, 20 de junio de 2021

Aquello que ha sucedido dos veces.


Todo aquello que ha sucedido dos veces
no ha sucedido, en realidad.

Es el eco de un sonido muerto.

Un paso no dado.

Un puente que te lleva siempre al mismo sitio.


No es que me guste decirlo así.

Me molesta, de hecho, plantearlo de esa forma.

De hecho, preferiría más bien algo concreto.

Una historia sencilla, digamos.

Pero luego algunos dicen que me limito a señalar situaciones.

Y yo escucho, aunque no lo parezca.


Por lo mismo, vuelvo a decirlo de la misma forma:

Todo aquello que ha sucedido dos veces
no ha sucedido, en realidad.

Y aclaro:

Un hecho puro, real, resulta inimitable.

Ni el lenguaje lo sujeta, pues eso es ya repetirlo.

Lo único que sucede no puede ser nombrado.


Nada real permanece en la memoria.

Nada verdadero se repite en el tiempo.

La planta que se niega a brotar dos veces sabe de qué hablo.

Todo lo demás está corrupto.

Una segunda revolución huele a cadáver desde un inicio.


Todo aquello que ha sucedido dos veces
no ha sucedido, en realidad.

Todo aquello que ha sucedido dos veces
no ha sucedido, en realidad.

Solo les pido que imaginen por un momento,
que esto es cierto.

Y este es el momento.

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