lunes, 19 de octubre de 2020

Ulises.



I.

Los que son Ulises.

O los que lo fueron.

O los que siendo Ulises no lo saben.

O los que siéndolo nunca lo supieron.

Todos regresaron, sin saberlo, a un lugar equivocado.

No porque el lugar, digamos, no fuese el que buscaban.

Sino porque el saber, al regresar, funciona más bien de forma extraña.

Me refiero, a que buscaron el sitio en el recuerdo.

En el recuerdo de un lugar de antaño.

El hogar, digamos.

Un hogar al cual volver.

Un hogar que ya no existe.


II.

Los que son Ulises.

O los que lo fueron.

O los que siendo Ulises no lo saben.

O los que siéndolo nunca lo supieron.

Todos ellos, trazaron un mapa sobre el agua.

Olvidaron el frente.

Creyeron ser parte de un ciclo.

Nobles propósitos, pensaron.

Recordar es volver a traer al corazón, se dijeron.

Pero ocultaron la verdad incluso, de su propia vista.

Y las palabras fueron miel, sobre una herida.



III.

Los que son Ulises.

O los que lo fueron.

O los que siendo Ulises no lo saben.

O los que siéndolo nunca lo supieron.

Todos ellos viajaron en el fondo con un muerto a cuestas.

Cargaron con el peso de volver.

Subieron la cumbre ya pensándola en bajar.

Amaron incluso, de la forma equivocada.

¿Por qué?

¿De verdad alguien pregunta por qué…?

Pues porque no supieron, tal vez.

Porque el regreso es imposible.

Y porque Ulises era el modelo equivocado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales