martes, 27 de octubre de 2020

Formas de orden (2)



Hablábamos sobre formas de orden, de organización, hasta que en medio de la conversación F. dijo algo que me llamó la atención. No era algo que le sucediese a ella, directamente, pero ella fue quien lo contó, al menos, y no recuerdo otro nombre. 

-No es que numere los libros -dijo F.-, pero los sintetiza en números, a partir de su contenido… 

-¿Te refieres a la cantidad de páginas? -le pregunté. 

-No -dijo ella-. Es un poco más absurdo, por eso te lo cuento… 

Entonces, F. nos contó que esa otra persona cuyo nombre no recuerdo, luego de leer un libro, le asignaba un número… o “descubría su número”, más bien. 

-¿Y cómo descubre ese número? -preguntó P., que también estaba con nosotros. 

-Se lo pregunté varias veces -dijo F.-, pero songo que era una especia de descubrimiento trascendental… no era un resultado lógico, me refiero… Los Hermanos Karamazov, por ejemplo, recuerdo que tenían el número 311… y ese número no era resultado de ninguna operación matemática, numero de personajes o algo parecido… ningún otro libro, por supuesto tenía ese número… 

-¿Solo eran números enteros? -siguió preguntando P. 

-No eran solo enteros -contestó F-, recuerdo que había números decimales… incluso irracionales… pero esos estaban agrupados a un costado. Los otros estaban ordenados por número, pero no eran números consecutivos, por supuesto… y los que no había leído no tenían numero y estaban apilados en el piso, simplemente, supongo que al azar… 

-¿Recuerdas algún otro número? -pregunté. 

-¿Cómo? -dijo F. 

-¿Te acuerdas del número que asignó a otro libro, como el 311 a Los Hermanos Karamazov

-Sí, por ejemplo… 

-Dime solo el título -le interrumpí-, deja ver si encuentro el número. 

-Me acuerdo de La música del azar, porque ese me lo prestó y tenía el número escrito… y Frankenstein, que ayudé a repararlo, porque era edición antigua, con grabados… 

-214 y 86 -le dije-, casi sin pensarlo. 

F. me miró, asombrada, y por un momento dudó si yo también conocía al tipo ese… pero lo cierto es que yo, como ya les dije, ni siquiera sabía su nombre.

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