domingo, 18 de octubre de 2020

Te dijeron qué hacer.



I.

Te dijeron qué hacer.

Y pensaste que era eso lo que querías hacer.

Luego lo hiciste.

Por años lo hiciste.

Ahora no le des más vueltas.

Esa es toda la historia.


II.

No te juzgo.

Tampoco me juzgo yo mismo.

Son los hechos lo que llenan la habitación.

Los adjetivos se pierden, se vuelven pegajosos.

Se secan, con el tiempo.

Son los verbos, finalmente, los que hacen bulto.

Los que no dejan lugar, para ti mismo.


III.

Puedes deshacer el camino, solo hasta cierto punto.

A lo sumo un par de pasos.

Más atrás todo es incierto.

Oscuro.

Donde piensas que hay camino ahora hay, tal vez, un barranco.

O todo es plano, pero la naturaleza borró el camino.

O nunca hubo camino.

Y todo ha sido siempre un paisaje.


IV.

Puedes subir, si quieres, esa cumbre.

Subir y clavar en ella, tu bandera.

Pero ya hay cientos de banderas, en esa cumbre.

Y no son muy distintas, unas de otras.

Todo es indistinto en esa cumbre.

Falta oxígeno, tal vez, allá arriba.


V.

Al final todo se reduce a lo mismo.

Te dieron qué hacer y pensaste que debías.

No esperes eso de mí.

Yo no dirijo acción alguna.

Me limito a cruzarme en el camino.

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