martes, 20 de octubre de 2020

Afeitarse frente a un cuadro en movimiento.



Afeitarse frente a un cuadro en movimiento.

Un cuadro en que hay un hombre que también se afeita.

Un programa de tv, digamos, en que aparece siempre el mismo tipo.

Y cuyo capítulo cumbre fue un episodio donde se hizo un corte.

Diez temporadas, veinte temporadas, treinta o cuarenta…

Renovándose siempre en honor a ese único espectador.

¿No habrá un momento de duda?

¿No será, sano, me refiero, que exista un momento de duda?

Un mirar directamente a cámara y cambiar un poco el guion.

Una trama oculta, digamos que se incluya poco a poco en la pantalla.

Lo pregunto sin ánimo de ofender, o de atacar, por si acaso.

Ni siquiera he dicho que la serie es mala.

Me refiero a que no la estoy calificando con medida estrella.

Ni tampoco he propuesto su cancelación.

Solo digo que hay que darle una vuelta.

Una o dos, tal vez.

Hacerse consciente de la trama.

Del contenido de la emisión.

O del género al menos.

¿Ciencia ficción o épica?

¿Comedia o drama…?

Haga usted, si quiere, la reseña.

Escriba el guion.

Hágase cargo, poco a poco, del contenido de los capítulos.

Un vuelco de trama.

Algo de suspenso.

Esas cosas nunca están de más.

No para subir el rating, por supuesto.

Eso no variará, al fin y al cabo.

El objetivo es otro.

Es otro, decía… y es suyo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales