viernes, 1 de junio de 2018

Dos libros por semana.


I.

K. lee dos libros por semana,

Lo hace por voluntad propia, pero en el fondo está tanteando.

De esta forma su récord va aumentando, según pasan los días.

Lamentablemente, de cada dos libros que lee, K., solo logra comprender uno.

Los comienza y los termina de igual forma, pero lo cierto es que de uno de ellos nunca comprende gran cosa.

Ese es un promedio, por supuesto.

K. lee dos libros por semana, pero entiende uno.


II.

No quiero parecer profundo, mientras hablo de K.

Tampoco quiero intentarlo y fracasar en ese intento.

No quiero, pero lo cierto es que K. lee dos libros por semana y elige siempre los mismos temas:

Uno de los libros trata sobre la muerte.

El otro libro trata sobre la vida.

Alterna el tema, de esta forma, aunque a veces no lo sabe hasta el final de cada lectura.

Recuerden que no quiero ser ni parecer profundo.

Esa es la verdad, aunque no lo parezca.


III.

Hablo con K. y es él quien me cuenta sobre los dos libros.

Incluso se avergüenza de, en promedio, no entender uno de ellos.

Me pide ayuda, pero no sabe bien por cuál de los dos pedir.

Por cuál de los dos temas, me refiero.

Yo le digo entonces que la fe no debe ponerse más que en nosotros mismos.

(K. lee, en promedio, decíamos, dos libros por semana).

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