jueves, 21 de junio de 2018

Encuentro.


Se encontró con F. en camino a casa de V.

Pareció un encuentro casual.

Caminaron juntas unos minutos sin decirse nada sustantivo.

Casi al llegar comprendieron que iban al mismo sitio.

Aminoraron entonces el paso, pero no comentaron nada.

Cada una esperaba que la otra comentase primero la situación.

Ninguna lo hizo.

Ya frente a la casa de V. ambas se detuvieron.

Permanecieron así, en silencio.

Luego se miraron.

Ambas sintieron algo de dolor, pero estimaron que sería más grande el dolor de la otra.

Fue así que al mismo tiempo dieron vuelta y retornaron por el camino.

-No tienes que regresar –dijo F.

-Igual iba a hacerlo –contestó la otra-. Antes o después, iba a regresar.

No hablaron nada más hasta que llegaron al lugar donde coincidieron.

Una vez ahí volvieron a separarse.

Cada una pensó por un momento  en retomar el camino, pero desistieron de hacerlo.

Ambas creyeron que iban a llorar, cuando estuviesen solas, pero ciertamente ninguna lo hizo.

Esa misma noche, comenzó el caos.

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