jueves, 7 de junio de 2018

¿Galletas?


I.

Suenan las galletas en el horno.

Sin formas para que crezcan a su gusto.

Pequeños continentes.

Flores en el pavimento.

Muertos que aparecen, de improviso, en un campo de golf.

Algo que cae dese los bolsillos de Dios.

Galletas que no son lo que parecen.

Un mundo en otro mundo, digamos.

Y una lista sin voz, y sin llamado


II.

Crecen las galletas, en el horno.

No parecen todas, ser galletas.

Ideas, más bien, o hasta seres vivos.

Una familia de dioses hechos para el sacrificio.

Hombres que descubren lo que son y se arrepienten.

Palabras sin significado establecido.

Gritos en el horno, tal vez, como galletas.


III.

Puede que ya estén, las galletas.

El horno está caliente, y puede que ahora, sea el tiempo de sacarlas.

Sin hambre, sin embargo, es difícil pensar en las verdaderas necesidades.

Y puede que, entonces, aquello quede ahí, como una olla que hierve para nadie.

Seres creados sin objetivo claro.

Seres como provisión, entonces.

Productos para un refugio que bien puede nunca ser utilizado.


IV.

Nadie va por las galletas.

Tal vez sospecharon que no se trataba, finalmente, de aquello en que creímos.

Alimento de cartón, entonces, que no sació más que nuestra imaginación.

Y es que no hay galletas, es cierto, pero lo terrible no es eso.

Lo terrible es que no hay hambre.

Lo terrible, sin duda, es que no hay hambre.

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