jueves, 6 de junio de 2024

Otras cosas de las que ocuparnos.


Así es.

Hay, aunque no creas, otras cosas de las que ocuparnos.

Es cierto: existen esas cosas.

Un gran número de ellas… puedo asegurarlo.

Esta vez, sin embargo, no daré ejemplos.

Tampoco haré listas, esta vez.

En cambio, te regalo la razón, aunque incompleta:

No haré listas, esta vez, para que las hagas tú.

Y para que llegues a creer que es cierto, finalmente, por voluntad propia.


Así es.

Existen, evidentemente, otras cosas.

Otras cosas de las que ocuparnos, por supuesto, pero estas deben ser tus propias cosas.

O ser fruto de tus propias elecciones, más bien.

Y es que ocuparse de otras cosas supone también abandonar otras.

Dejar de ocuparse de ellas, me refiero.

No por maldad.

No por dejadez o irresponsabilidad.

Y mucho menos por exigencia de estas “otras cosas”.

Y es que no hay culpa, si te fijas.

No hay culpa en aquello de lo que hemos elegido ocuparnos.

Y tampoco hay culpa -esta vez-, en nosotros.

O no debiese haberla, al menos.


Así es.

Aunque no lo creas, así es.

Se trata simplemente de la existencia de otras cosas.

Otras cosas de las que ocuparnos.

Y no importa si requieren más o menos de nosotros.

Ese no es el punto.

El punto es que ahora existen y ya está.

De cierta forma ya está hecho.

Que así sea.

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