domingo, 16 de junio de 2024

Ella y su fantasma.


Antes que muriese apareció su fantasma.

Varios de nosotros lo habíamos visto y se lo contamos con liviandad, casi como una anécdota.

Ella, en tanto, bromeaba diciendo que se había adelantado un poco.

Lo hace para compensar mis retrasos, decía, sin tomárselo muy en serio.

Y era cierto: ella siempre llegaba atrasada.

Pasaron los días, sin embargo, y entonces ella misma me contó que lo había visto una noche.

No se lo digas a nadie, me dijo, pero hasta conversamos un poquito.

Me contó que no se trató, en lo absoluto, de una conversación tradicional, sino de una serie de impresiones que intercambiaron entre ellos sin mediar palabras.

-Al final resultó ser cierto que se había adelantado -dijo ella, sin dar más detalles de la conversación-, aunque no me dijo cuánto.

Luego de esa vez, nos volvimos a ver en un par de ocasiones.

Y entre esas ocasiones, yo también había vuelto a ver a su fantasma, pero no se lo dije.

De hecho, ninguno de los dos comentó nada más sobre aquel asunto.

Tiempo después -cuando ella ya no estaba-, varios de nosotros hablamos sobre aquella época y nos extrañamos de que la aparición de aquel fantasma no nos haya parecido entonces tan extraña.

-Al final resultó que desaparecieron juntas -dijo uno de nosotros-. Ella y su fantasma.

Yo asentí, por supuesto, como todos.

Nadie más habló del tema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales