viernes, 24 de noviembre de 2023

Hice caso.


Hice caso.

Hice caso y fui donde me dijeron.

Seguí las rutas, incluso, que me indicaron para llegar ahí.

Acepté sus condiciones.

Avancé al ritmo recomendado.

Hice caso en todo… no miento.

Fui donde me dijeron que podía verle.

Llegué hasta el lugar, no sin esfuerzo.

Llegué, sin duda, pero entonces no vi nada.

Nada de aquello que me dijeron podía encontrar en aquel lugar.

Ni siquiera un sucedáneo.

Todo estaba vacío, simplemente.

Vacío de aquello que buscaba, al menos.

Vacío de aquello que creía necesitar.

¡Les juro que es cierto!

Hice caso en todo.

Absolutamente en todo.

Paso a paso, hice caso en todo.

Es por eso que no puedo, esta vez, reprocharme nada.

Tampoco culpo a nadie, pero lo que quiero decirles es que no fui yo.

A eso vengo, si me preguntan.

Humildemente, vengo a decirlo.

Y es que no fue un error mío, en definitiva, lo que desencadenó aquel resultado.

No provoqué la ausencia, en otras palabras.

Ni siquiera hubiese sabido cómo hacerlo.

Tal vez simplemente se trató de una confusión.

Un engaño menor, digamos, que no estaba destinado a dañar a nadie.

¡Pero vaya a saber uno a qué estaba destinado, finalmente…!

¡Vaya uno a saber!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales