lunes, 6 de noviembre de 2023

Algo no funciona.


Lo admito: algo no funciona.

Este fin de semana, por ejemplo, gasté cerca de diecisiete horas viendo dos temporadas de una serie sobre un detective ciego.

Era una serie antigua, alemana, con un pequeño aire a una de un perro policía que se llamaba Comisario Rex.

Muy serio, por cierto, la vi.

Solo la noche del domingo, mientras terminaba el último capítulo de la segunda temporada -son cuatro, por cierto-, tuve un pequeño destello que me reveló lo absurdo de la serie.

Dicho destello, ocurrió justo después de una escena en que el detective sigue por entre enrevesadas calles a un asesino que huía en plena noche, hasta lograr capturarlo.

-La noche nos igualó -dice el detective ciego, explicando cómo logró realizar la captura.

Y claro… fue entonces cuando vi todo -por un momento-, desde otra perspectiva y tuve que admitirlo sin más:

Algo no funciona, fue lo que admití.

Lo primero que hice, luego de esto, fue apagar la tele.

Luego me reí, a solas, mientras repetía la frase una y otra vez:

Algo no funciona.

Eso me decía, mientras reía.

Algo no funciona.

Por otro lado, pensar que había sido justamente un detective ciego quien me había descubierto aquello, me hacía reír, todavía, un poquito más.

Fue de esta forma que terminó el domingo.

Ya hoy, sin embargo, a minutos de terminar el lunes, pienso en cuál habrá sido el núcleo, esta vez, de la tercera temporada.

En cuanto lo averigüe, les cuento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales