sábado, 26 de agosto de 2023

Parió con dolor, pero eso es lo de menos.


Parió con dolor, pero eso es lo de menos.

Lo importante es que parió a tres.

Tres al mismo tiempo, me refiero.

Tres que incluso venían enredados entre sí, y con algunas complicaciones.

Complicaciones superficiales, es cierto, pero complicaciones al fin.

Uno, por ejemplo, tenía tres dedos de una mano pegados en el cuerpo de otro.

Ese otro, apenas había desarrollado una de sus orejas.

Y un tercero, para no ser menos, nació con uno de sus párpados cerrados.

Por lo mismo, apenas fue posible, hubo que someterlos a pequeñas cirugías.

Las operaciones no involucraban gran riesgo, es cierto, pero la madre igualmente se sentía desesperada.

Decía tener el presentimiento de que algo iba a salir mal.

El padre, en tanto, apenas reveló sus sensaciones.

Dijo algunas frases de rigor, por supuesto, e intentó tranquilizar a la madre, aunque sin éxito.

Afortunadamente, las operaciones de los tres niños salieron bien, y la doctora que las realizó les aseguró que no existiría complicación alguna.

Hasta dónde sé, sus vaticinios fueron certeros.

Es decir, uno de los niños murió a los ocho años en un accidente vehicular, pero obviamente su muerte no tuvo nada que ver con esas primeras operaciones.

Los otros dos han crecido normalmente y pronto cumplirán los catorce años.

Eso ocurrirá, por supuesto, si no hay una sorpresa prontamente.

La madre -quién sabe por qué-, sigue temiendo que eso ocurra.

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