jueves, 24 de agosto de 2023

Otra costumbre extraña.


Otra costumbre extraña.

Limpiar la casa para las visitas.

Triste más bien, en vez de extraña.

Limpiarla para otros me refiero.

No para ella y no para uno.

Y además, ¿qué significa limpiarla?

Ocultar cosas, a veces, puede ser.

Disimular la forma de su uso…

Meterle la camisa dentro del pantalón como a un niño.

Aunque ya no hay niños con camisa, por supuesto.

Y es que no me refiero aquí, aclaro, a quitarle suciedad.

O eso también, claro… pero no hablo de eso cuando digo limpiarla.

Una vez intenté explicárselo a las visitas.

Hice espacio en un sillón, traje una silla desde mi escritorio, y me dispuse a hablar de aquello.

Apenas iban diez palabras cuando noté que las visitas estaban incómodas.

Pueden hablar abiertamente, les dije, o si quieren no hablar.

Pero si me preguntan les diría que no limpiaran su lenguaje, así como yo no he limpiado (para ustedes) esta casa.

Las visitas se miraron entre sí, aquella vez.

Sonrieron y bromearon por un rato, hasta que poco después me dijeron que fuéramos mejor a otro lado.

A un bar, tal vez, me dijeron, o incluso a comer algo.

Guardé silencio en un principio y luego les mentí, diciéndoles que estaba de acuerdo.

También les dije que podían adelantarse y yo llegaría poco después.

Por supuesto no llegué.

Preferí quedarme en casa, limpiando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales