jueves, 13 de julio de 2023

Voy a comprar una lupa.


Voy a comprar una lupa.

No tenía necesidad de hacerlo, pero alguien me habló de una tienda que solo vendía lupas y quise ir.

De todas formas, resultó que no solo vendía lupas, sino también microscopios, binoculares y otros dispositivos para aumentar la visión de un objeto.

-Tenemos de todo menos telescopios -me explicó el vendedor-, es un principio de la tienda.

Yo evité, al menos por el momento, preguntar sobre los fundamentos de ese principio.

Luego de mirar un poco el lugar le dije al vendedor que quería comprar una lupa.

Tenían de varios tipos: de escritorio, de lectura, de relojero…

-Quiero una lupa tradicional -le dije-. Sencilla. Ya sabe… de esas con un mango y el lente… como la de esos detectives antiguos…

-Entonces quiere la lupa Holmes -señaló el vendedor.

Yo asentí.

Poco después pusieron frente a mí varias lupas del estilo solicitado.

Todas parecían muy finas, con mangos de madera o metálicos llenos de grabados y cada una con su respectivo estuche.

Tenían eso sí, un gran tamaño.

-¿No tiene una de ese estilo, pero más pequeña? -pregunté.

-¿Qué tan pequeña? -preguntó el vendedor.

No supe bien qué responder.

-La maás pequeña que tenga -contesté, finalmente.

Poco después me sorprendí cuando el hombre me entregó una lupa del mismo tamaño que las otras.

Estaba a punto de alegar cuando el vendedor la puso frente a mí y me explicó.

-Puede ver a lupita con esta lupa -me señaló-, sino le será imposible.

No entendía bien a qué se refería, pero le hice caso.

Sobre el mostrador, bajo el lente de la lupa, podía observarse otra lupa, apenas visible.

-Lo malo es que si se lleva a lupita tendrá que llevarse otra más grande, para poder observarla.

-Cuando dice lupita -le pregunté entonces-, ¿se refiere a esa lupa ínfima…?

-Claro -dijo él-. Es el modelo Lupita, pero se vende junto a otra más grande, para que pueda ver qué le pasa, como en la canción…

Mientras el hombre la tarareaba, observé nuevamente la lupa pequeña, por medio de la lupa más grande y también a simple vista… Vi que tenía también detalles, y calculé que a lo sumo podía medir un centímetro…

-Está bien hecha -admití-, pero no tiene utilidad alguna…

-Su lente es igual de poderoso que el de las otras lupas -señaló algo molesto el vendedor-. Además, la utilidad está sobrevalorada…

Deje pasar unos segundos.

Tras pensármelo un poco, decidí finalmente comparar la lupa pequeña, pero desistí de comprar alguna más grande… Solo me llevé la pequeña, que también tenía un pequeño estuche y venía en una pequeña caja, bastante más pequeña que una caja de fósforos común…

El vendedor parecía contrariado, pero me la vendió igualmente.

Llegué a notarlo triste, incluso, cuando me entregó la compra.

-Cuídela -me dijo, únicamente.

Yo asentí.

Es curioso, pero han pasado tres días, y todavía le doy vuelta a sus palabras.

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