viernes, 28 de julio de 2023

El zapato derecho.


-Estamos unidos de una forma estúpida -me dijo-. Nos conocíamos desde antes, por supuesto, pero el lazo definitivo se selló en una zapatería.

-Pe…

-No interrumpas. Es serio.

-De acuerdo -dije.

Él siguió con su historia.

-Habíamos ido juntos, después del trabajo. La tienda estaba cerca. El resumen de lo que ocurrió es que ambos queríamos el mismo par de zapatos. Encontramos un poco extraño comprar el mismo, pero al final decidimos que estaba bien así. Ambos calzábamos 42, recuerdo. El caso es que cuando fuimos a comprarlo nos dijeron que solo quedaba un par. Buscaron en bodega, incluso, pero solo había uno. Entonces, él propuso que, para no discutir, ambos nos lleváramos uno. Yo acepté. Me tocó el derecho.

-Pero eso es estúpido… -comenté.

-Llevarse el izquierdo era igual de estúpido -dijo él, cortante.

-No me refiero a eso, sino a la decisión.

-No entiendes -me dijo-. Lo único estúpido es que no entiendas. No sabes de lazos, de vínculos. Yo tengo el zapato derecho y él el izquierdo. Eso es todo.

-No es todo -alegué-. Tener los zapatos divididos así no tiene utilidad alguna. Es absurdo.

-No se gastan de esa forma -dijo entonces.

-¿Cómo…?

-Que los zapatos no se gastan de esa forma -explicó-. Están nuevos todavía. No se usan, no se habla de ellos… si alguno de nosotros se hubiese llevado el par ya estarían en la basura después de haberse gastado…

-Pero así es la vida -le dije-. El desgaste…

-¿Qué sabes tú de la vida? -me interrumpió-. Dime tres cosas que sepas de la vida

-¿Qué…?

-Dime tres cosas que sepas de la vida -repitió.

-¿Tres cosas?

-Sí, tres cosas.

Iba a comenzar a responder, pero me lo pensé un poco y lo cierto es que no pude.

-Yo al menos tengo el zapato derecho -dijo entonces él, unos segundos más tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales