domingo, 25 de septiembre de 2022

Prácticamente nada.

I.

¿Qué hacer? ¿De verdad me preguntas a mí qué hacer? Pues la verdad no sabría qué decirte. Tal vez que no te centres en el hacer sino en algo previo. O ni siquiera previo, sino más bien, de algo que se desarrolla en otro ámbito, probablemente al mismo tiempo. De cualquier forma, no sé responder directamente a aquello que me pides. Ciertamente no lo sé, pero además, siendo honesto, aunque supiese no lo haría. Lo que puedo darte, si insistes, son consejos de otro tipo. De esos que, una vez dichos, no resuelven nada. O prácticamente nada. Por ejemplo, puedo hablarte de lo que ocurre con algunas prendas de ropa. Una camisa, por ejemplo, aunque puedes elegir entre otras alternativas. Lo que te ofrezco, en ese caso, es directo y sencillo. No una norma, exactamente, sino más bien una recomendación. Tal vez ni siquiera eso.


II.

Si queda mal abrochada no te fijes en el último botón. Casi nunca es ese. El error suele estar en el primero y de ahí hasta el último. Ni siquiera te molestes. A todos nos ocurre. Retrocedes de uno en uno y te angustias un poco porque no lo encuentras. Solo entonces, por supuesto, te das cuenta. Y aún así, vienes con tus preguntas. Preguntas que, por cierto, no respondo. O no como tú esperas.


III.

Prácticamente nada, es cierto. Ya lo dije, pero ejemplos hay muchos. Lo importante es otra cosa. Siempre es otra cosa. Dicho esto… ¿de verdad me preguntas a mí, qué hacer? ¿A mí que soy, de cierta forma, apenas el último botón? Y tal vez, ni siquiera eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales