viernes, 2 de septiembre de 2022

(No) volver a Truffaut.


No fue una mala época aquella en que veía a Truffaut. Descubría y repasaba cada una de sus películas y hasta leía todo aquello que hubiese escrito. No lo hacía solo con él, por supuesto, pero recuerdo a Truffaut porque hoy lo evito. A él, de entre los otros, lo evito. Y no sé bien por qué lo hago. Tal vez la construcción de sus ideas… Tal vez esa intelectualidad que a veces rechazo un poco. Le doy vueltas, pero lo cierto es que no sé. Después de todo, su intelectualidad, al menos era honesta. Por lo mismo, debiese concluir que lo evito simplemente porque siento que ya salí de Truffaut. Que él mismo construyó todo hasta una salida clara, sin invitarnos a volver atrás. Emociones incluidas, por cierto, pero lo importante es que, sumando todo, terminó de explicar lo que propuso sin dejar cabos sueltos. No lo digo bien, probablemente, pero es como si la métrica total de su obra hubiese sido exacta. Incluso aquello en que desbordaba vida y emoción y hasta imperfección (Jules et Jim, Adele H y hasta sus primeros cortos), terminan por encajar perfectamente y te impulsan simplemente a seguir adelante. No volveré a Truffaut, me digo entonces, con un poco de añoranza. Admito sin embargo que la culpa es mía, totalmente, si desde entonces no sé bien, qué camino tomar.

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