viernes, 15 de abril de 2022

Problemas con las huellas.


En el ingreso a mi trabajo volvieron a poner un aparato de registro electrónico.

De esos que funcionan acercando a un sensor tu huella digital.

Se supone que lo hacen para aligerar el proceso de registro, pero en mi caso es más complejo.

Y es que no importa con qué dedo o huella me registren, siempre termino, al día siguiente, con problemas para validar.

Cuando aviso de la situación creen que exagero, pero poco a poco se dan cuenta que es cierto.

Que no reclamo para ocultar atrasos o fugas, ni para obtener, de todo aquello, alguna ventaja.

De todas formas, el que no me reconozca el aparato, es solo un problema menor.

Lo que no es menor, en cambio, y prefiero no informar, es otro asunto que he descubierto.

Y es que, si al momento de poner mi huella en el sensor pienso profundamente en otro de mis colegas, su ingreso (o salida) queda inmediatamente registrado.

Deben creer que miento, por supuesto, pero yo sé que no.

Y sé también que he probado con pensar en mí mismo, para poder activar mi propia huella, y validar así mi ingreso.

Lamentablemente, esto último, no ha resultado exitoso.

No sé pensar en mí mismo, podría concluir.

Pero la conclusión es otra:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales