lunes, 18 de abril de 2022

Para tratar de evitar el frío.


Para tratar de evitar el frío en el hogar, el maestro le recomendó sellar algunos “huecos” que existían, sobre todo en los marcos de las ventanas, que habían sido instaladas años atrás, de forma no muy prolija, por su ahora ex marido.

-Las cortinas ayudan, pero el frío entra igual -le dijo el maestro-. Hay que partir sellando esos bordes y ya va a ver como mejora.

Ella le hizo caso, por supuesto.

Junto con esto, siguió varias de sus recomendaciones, hasta que no tuvo dinero para otras mejoras, cuyo presupuesto consideró excesivo.

-De todas formas, con lo que ya hicimos -dijo el maestro-, la casa estará más calentita...

Ella asintió.

Luego que se fue el maestro, sin embargo, ella se quedó con una sensación de molestia que no lograba entender totalmente.

Una sensación incómoda, pensó, como si de cierta forma también se filtrara en ella una especie de frío por otros huecos o vacíos que eran ya parte suya.

Al final, puede que la casa esté calentita, quiso decirle a alguien, pero yo sigo estando igual.

Con todo, no era una molestia absoluta, sino más bien un ámbito incómodo de una realidad que tenía en el fondo otras funciones.

Vacíos por los que entra el frío, pero por los cuales, es posible también respirar.

Siguió entonces así, intentando cubrir sus vacíos con frases que eran también vacías, pero que podían aliviarla un poco.

Y con un poco basta a veces, se dijo entonces, nada más.

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