martes, 12 de abril de 2022

Lo mismo.


Les hablaron de un mapa del tesoro.

Al principio rieron y pensaron que era broma.

Luego investigaron y descubrieron elementos que los hicieron dudar.

Entonces, tras conversarlo largamente, decidieron que era cierto.

Gestionaron recursos, analizaron sus posibilidades, planificaron acciones.

Tiempo después, consiguieron el mapa del tesoro.

Y por supuesto, viajaron.

Lo hicieron, obviamente, siguiendo las indicaciones que estaban escritas en dicho mapa.

A grandes rasgos, la aventura no fue más fácil ni más difícil de lo que esperaban.

De hecho, llegaron al lugar en la fecha prevista.

Identificaron el sitio, e hicieron que les llevasen herramientas.

Estuvieron ahí tres días antes de comenzar a cavar.

Durante esos días hubo entre ellos más silencio que el habitual.

Más distancia, incluso.

Fue así que, al tercer día, uno de ellos le dijo al otro que quería hacer algo distinto.

Aquello que quería hacer era dividir la empresa y que ambos cavasen en lugares cercanos, pero distintos.

Para convencerlo, incluso, le ofreció al otro que eligiese si se quedaba con el sitio exacto que indicaba el mapa, y se ofreció a cavar en un costado.

El otro, tras pensarlo, accedió.

Cavaron varias horas.

Eran hermanos, por cierto.

A modo resumen -pasado ya aquel tiempo-, podría decirse que ambos encontraron lo mismo.

Aunque no sé si eso afecte, esencialmente, al contenido de la historia.

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