domingo, 24 de abril de 2022

Con eso debiese bastar.


I.
Lo sé, simplemente. Con eso debiese bastar. No creo necesario discutir por esto, aunque usted insista… ¿Quiere además un argumento? Aquí le va uno: Sé que es verdad porque nadie lo dijo. Podría darle otro, por supuesto, pero creo que con ese basta.

II.
Nadie dice lo que es verdad. Eso es lo que ocurre. Me detengo aquí porque me molesta su gesto. Por lo mismo, lo invito ahora a pensar un poco. O ni siquiera a eso: lo invito a revisar hechos. Usted elija cuáles. Luego estime la verdad profunda que contienen ellos. Y recuerde finalmente quién ha dicho alguna vez esas verdades. Dese tiempo para eso, no hay apuro. Recuerde eso sí, que dije verdades profundas.

III.
Espere. Me quedó algo dando vueltas. Lo de “verdades profundas” no es tan exacto, pero elegí esa forma de decirlo, para que usted entienda. Dicho esto, aclaro que la verdad superficial -antepuesta a la verdad profunda que mencionaba-, no debe ser considerada como un tipo de verdad, simplemente. Es una forma de ser, si se quiere, o en el mejor de los casos la naturaleza propia de las cosas. La verdad profunda, en cambio, está siempre fuera de alcance y por eso mismo no puede decirse. Cuando digo “fuera de alcance”, por cierto, miento un poco, sin quererlo. Por lo mismo, la explicación cae en un bucle, en esta parte. Con eso debiese bastar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales