jueves, 28 de abril de 2022

Lo vio venir, pero no lo vio llegar (canción eslovena)


Lo vio venir, pero no lo vio llegar.

No lo vio llegar al sitio exacto, me refiero.

Es decir: no al final -o al supuesto final-, de su trayectoria.


Lo esperaba, por cierto, desde que lo vio venir.

Ya había pensado qué decirle, hasta el más mínimo detalle.

Pero fue tal vez ese pensar, justamente, el que impidió ver su llegada.


Él alega, por supuesto, diciendo que el otro no llegó.

Que desapareció de su vista, simplemente, en cuanto dejó de verlo.

Y yo no estoy aquí para otra cosa que repetir, de cierta forma, sus palabras.


Coro:

Cada cierto tiempo nada es cierto,
y lo que debiera ocurrir, termina no pasando:

ni la bondad del hombre, ni la barba de Dios
ni el jugo de fruta natural:

No hay juicios ni justicia ni finales.

El corazón, afirmo, no se desplaza de su sitio.



Lo vio venir, pero no lo vio llegar.

¿Cuántas veces hemos cantado ya, este mismo hecho?

Cuántas veces y al final el pensamiento nos expulsa de esa espera.


Por eso más bien, es mejor dejarlo simplemente hasta aquí.

No ocurra que, entre nota y nota, no veamos lo que debe ser visto.

La palabra hola y la palabra adiós, se cruzaron si verse, en un mismo camino.


Coro:

Cada cierto tiempo nada es cierto,
y lo que debiera ocurrir, termina no pasando:

ni la bondad del hombre, ni la barba de Dios
ni el jugo de fruta natural:

No hay juicios ni justicia ni finales.

El corazón, afirmo, no se desplaza de su sitio.

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