domingo, 17 de abril de 2022

La armadura de Tony Stark.


En un bar al que asistí hicieron una sorpresiva rutina de stand up.

La realizó un tipo que subió, de improviso, diciendo que era la armadura de Tony Stark.

Era un tipo extraño, alto, que se dirigió a nosotros con una voz neutra y con gestos rígidos.

Le exigí a Tony que me hiciera también una armadura, dijo el tipo.

Una armadura de piel, o sucedáneo de piel, en realidad, para poder andar entre ustedes.

Pero hoy quiero confesarles que soy la armadura de Tony Stark.

Luego de esto, y sin tener en cuenta que algunos presentes podían desconocer al personaje comenzó sin más a contar algunas anécdotas.

Historias tristes, más que chistosas, me pareció, aunque debo reconocer que en el público había dos o tres que se reían.

Entre las historias que contó (me niego a llamarle chistes), había una en que Tony se dormía dentro suyo y él (la armadura de Tony Stark) no sabía cómo despertarlo.

También había otra en que él (la armadura) negociaba con Tony para mantener la autonomía de, al menos, algunos de sus miembros.

Siguió así la rutina hasta que otro tipo, que él nombró como Jarvis, vino a sacarlo del lugar.

Los que estábamos ahí aplaudimos un poco, mayormente por cortesía.

Nadie, según me percaté, volvió a hablar sobre aquel asunto.

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