jueves, 18 de febrero de 2021

Todo ocurrió cuando era joven.

“Y si no deseo curarme es por rabia”
F. D.

Podría decirlo así:

Todo ocurrió cuando era joven.

Y es que resulta extraño, pero desde entonces siento que no ocurre mucho más.

Se reiteran sensaciones, tal vez, experiencias, elementos.

Secuencias, digamos.

Etapas de un proceso.

Nada que despierte, realmente, mi atención.

Solo me sorprende que la cosas duelan de la misma forma.

No me parece muy justo, si me permiten comentarlo.

Después de todo, con los años, las alegrías se vuelven más opacas.

Los sonidos menos vívidos.

Pero las cosas duelen siempre de la misma forma.

¿No les parece injusto?

Si hasta un chiste pierde la gracia, pero el dolor es siempre el mismo.

No lo entiendo muy bien.

Supongo que es porque el cuerpo cicatriza.

Y porque las emociones, de cierta forma, también se regeneran.

Todo ocurrió cuando era joven.

Los hechos verdaderos.

Los significados que perduran.

Lo que crees ser tú mismo, de hecho, lo creíste ser cuando eras joven.

Luego de eso simplemente quedan ondas que se desvanecen.

Ecos de tus sueños.

De tus anhelos.

De tus primeras y más fuertes sensaciones.

Más allá… alguien esperando oír el momento en que la piedra toca el fondo del pozo.

Alguien que no eres tú, me refiero, esperando ese momento.

Por no darle el gusto, aclaro, es que lo digo entonces de esta forma:

Todo ocurrió cuando era joven.

La honestidad está fuera de tu alcance.

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