lunes, 22 de febrero de 2021

Un aspecto equivocado.


Está encendida la luz.

Alguien debió dejar
la puerta abierta.

Ahora debo salir
y observar qué es lo que ocurre.

Puede parecer que exagero,
sobre todo si no conocen los hechos,
pero es que siempre ocurre así.

Es casi una costumbre…

Qué desgaste innecesario.

Yo por mí,
si soy sincero,
no observaría nada.

Haría como Edipo,
como Dios
o como José Feliciano.

Pero ahora en cambio voy a ver
qué ocurre con esa luz.

La razón de su nacimiento, digamos.

Ya sé dónde está,
pero no sé de dónde viene.

Tampoco sé, por cierto,
hacia dónde se dirige.

Puedo decirlo de mil formas,
pero lo cierto
es que se trata de una acción simple,
que no requiere de mí
si no de alguien…
ya no sé bien cómo decirlo.

El punto
es que hay que apagar esa luz,
sé que no hay que hablar de esto,
pero si me preguntan el porqué
creo que es debido a que alumbra
algo que no debemos ver
(o no queremos ver)
al terminar el día.

Es por eso que ahora,
aunque alegue,
abro la puerta y voy a ver
qué es lo que ocurre.

Tengo frío,
y es raro porque nunca tengo frío,
debe ser por lo que observo,
por lo que escucho,
y por todo aquello, en definitiva,
que desconozco.

Es cierto, pienso entonces,
alguien dejó una puerta abierta,
y esto iluminó
un aspecto equivocado.

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