miércoles, 10 de febrero de 2021

No me pareció lo suficientemente cierto.


I.

No me pareció lo suficientemente cierto.

No lo suficiente, al menos, como para ser verdad.

No hablo del contenido, sino la forma en que llegó el mensaje.

Como versos dispersos en un lugar sin referencias.

Como si alguien hubiese colgado luz verdadera, en el árbol de navidad.


II.

Tal vez debiese contarlo como una historia, para que se entienda.

Pero lo cierto es que no me interesa acá difundir el contenido.

Me interesa más bien advertir aquello de las formas.

La manera en que la verdad viaja hoy en día.

Hasta llegar cerca de nosotros, o simplemente no llegar.


III.

El rasguño de un gato, por ejemplo.

El agua que no llega a hervir.

La piedra que cortó tu piel cuando la quisiste tomar.

Puedo hacer listas con ejemplos y siempre podría hacer más listas.

Más textos, incluso, más historias… más ideas dispersas.

Pero hoy no quiero llegar al contenido.

Quiero que asuma que la sustancia, digamos, está con usted, en todo lugar.


IV.

Podemos así detener la vista.

Vendarnos los ojos y sellar la piel, incluso, si queremos probar.

Dejar las palabras y pararnos en silencio, uno frente al otro.

Eso bastaría, sin duda, si solo importase el contenido.

Si hubiese sed, digamos.

Si hubiese hambre.

Puede usted creerme o no creerme, por supuesto.

Pero usted escucharía su nombre en voz alta, si tuviese donde ir.

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