jueves, 10 de septiembre de 2020

Prefiero ver a Buster Keaton.


Prefiero ver a Buster Keaton.

Corriendo, en blanco y negro.

Construyendo una casa, haciendo de espantapájaros y hasta intentando suicidarse sin lograrlo.

Cada cierto tiempo vuelvo a verlo.

Dejo de lado otras cosas mientras me recuerda la importancia de no quedarse quieto.

Huyendo de prisión, arrancando de un perro y por lo general enamorado de una chica.

Y es que siempre se mueve Buster Keaton.

Incluso cuando no lo ves se está moviendo.

Subiéndose a un auto, colgando de un tranvía, arrojándose de un tren o cayendo aparatosamente desde una moto.

Donde lo viera reconocería a Buster Keaton.

Aunque lo viera en colores lo reconocería sin problemas.

Su forma de andar, de llegar a donde quiere, de caer sin que eso lo frene.

Y es que sabe caer Buster Keaton.

De hecho, caer sea probablemente lo que mejor sabe.

Desde grandes alturas, rodando por barrancas o rebotando entre un edificio y otro.

No pasa un segundo y vuelve a estar de pie, corriendo nuevamente.

Si te paras rápido no duele, parece decir Buster Keaton.

O si duele ya estás en marcha otra vez y eso es lo importante.

Y como vuelves a caer y a pararte… -y luego a caer y a pararte, otra vez-, todo es un poco indistinto.

Y hasta el dolor, el movimiento y la vida se revelan entonces como una misma cosa.

Y sonríes tú ya que él no lo hace.

Porque esto es para ti, únicamente.

Todo ese afecto es para ti.

Nunca lo olvides.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales