jueves, 3 de septiembre de 2020

Lo olvidé.


Me lo dijo, pero lo olvidé. Ahora da lo mismo. Pasó tanto tiempo que, aunque lo recordara, no tendría sentido. Sería un sonido, tal vez. Apenas eso. Menos que eso, incluso. Algo inconexo. Suelto. Un sonido extraviado. Una mancha en un sueño. Te lo digo en serio. No miento. No exagero. Imagínalo así. Una mancha en un sueño que tampoco recuerdo. No es más que eso. Así lo siento yo, sinceramente. Así es, hoy día, para mí. De verdad que da lo mismo. Ya te dije que lo olvidé. Todo lo que dijo -o pasó-, fue olvidado. Se vació de significado, digamos. Lo traigo conmigo como una bolsa desfondada, nada más. Ni siquiera por cariño. Digamos que por descuido. Lo arrojaría de mí, sin duda, pero es como si la bolsa de la que te hablaba se pegara, entre mis dedos. Esa es la única importancia que tiene. Arrastrar aquello, así como un leproso arrastra un trozo de piel. Algo que ya no es suyo, de cierta forma. Algo dicho -no lo niego-, pero olvidado. Algo que ahora da lo mismo. Algo que debió haberse perdido, digamos, pero que no logré extraviar, aunque lo intenté varias veces. Menos que eso, incluso. No sé si se entiende.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales