lunes, 14 de septiembre de 2020

Un viejo y un pájaro.


Conocí a un viejo que trabajó cuarenta años en las minas de carbón, en el sur.

Lo conocí porque íbamos a filmar un cortometraje y había ciertas dudas que debíamos aclarar, para completar el guion.

Era una historia muy mala, por cierto, pero que ya estaba aprobada como parte esencial del proyecto y no podía cambiarse demasiado.

El viejo vivía junto a un sobrino, en una casa pequeña, en Lota.

Mientras tomábamos mate me mostró fotos antiguas y me explicó algunas cosas. En una de las fotos aparecía él junto a una jaula en la que había un pájaro.

-Nunca tuvo nombre ese pájaro -me dijo-. Era uno de los que bajábamos a la mina, para detectar si había grisú… Usted sabe, si el pájaro moría debíamos salir todos…

-Claro -dije yo.

-El punto es que este pájaro nos hizo salir varias veces y al final no se murió nunca… -continuó-. Parece que se desmayaba simplemente y nos hacía correr a todos, pero luego se despertaba como si nada…

Yo miraba con atención la foto en que aparecía el ave. Parecía un canario.

-La primera vez lo tomamos por un error, pero ya con la segunda descartamos que sirviera. Yo pedí que me lo dejaran y probé con bajarlo nuevamente por mi cuenta y ocurrió lo mismo… el pájaro ‘parecía morirse allá abajo, pero de pronto despertaba, como si simplemente hubiese dormido una siesta.

-¿Qué le pasó al pájaro, finalmente? -le pregunté.

-Murió -me dijo- como morimos todos. Pero años después eso sí, cuando lo tenía en mi casa.

-Ya -dije yo.

Mientras tomábamos un vino, un par de horas después, el hombre volvió al tema y se permitió incluso reflexionar al respecto.

-La muerte del pájaro debía avisar algo -me dijo-. Esa era su gracia... Yo lo pensé mucho, pero no supe entender de dónde tenía que arrancarme, cuando el pájaro murió…

Yo asentí.

-Además -concluyó-, yo creo que de cierta forma la muerte de uno también le debiese avisar a alguien que está pasando algo…

-Puede ser -dije yo, por decir algo.

-Todo puede ser -completó él, bruscamente, llevándome hasta la puerta.

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