viernes, 25 de septiembre de 2020

Un vuelco.


I. 

-Una vez me pasó -me dijo-, íbamos en auto, un poco borrachos, cuando se nos pinchó una rueda.  Tuvimos que parar e intentar cambiarla. Nos costó una hora casi, en el estado en que estábamos, pero finalmente lo hicimos... 

-¿Todo salió bien, entonces? -pregunté. 

-No… -contestó-. Al final resultó que cambiamos una rueda buena y dejamos igualmente la pinchada. 

-¿Y qué hicieron…? ¿Pararon a cambiarla más adelante? 

-No alcanzamos -me dijo-. Habíamos tomado un desvío, mientras nos reíamos del hecho, cuando nuestro auto volcó. 

-¿Hablas en serio…? ¿Fue muy grave? 

-No tanto -me dijo-, al menos para mí… además fue hace años… unas cuantas fracturas, nada más… ¡Ah…! y un par de días sin despertar en la clínica… 


II. 

En las noticias muestran el video de un auto que volcó en la carretera. Fue captado por una cámara de vigilancia. Puede observarse que el vehículo da dos vueltas completas, a muy alta velocidad. Luego sigue andando, como si nada hubiese ocurrido. 


III. 

-¿Y tú? -me pregunta. 

-¿Yo qué? 

-¿No me estabas poniendo atención? 

-Sí, pero no entiendo qué es lo que quieres. 

-Pero es claro, ¿no?… que relaciones la historia con lo que hablábamos… o que agregues algo... ahí ves tú… 

-¿Y si le doy un vuelco? ¿Qué dices si en vez de relacionarlo lo planteo mejor como algo distinto? 

-No sé, decídelo tú, pero si lo haces preocúpate que no se note bien eso que hablamos… que parezca simple, pero no lo digas directamente… que el que quiera entender, solamente entienda…

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