A solas: el cínico de Valdepinos.

"Y vino el acto en cuestión"

J.E.

Debían encontrarse ahí dos hombres, pero solo estaba uno: el cínico de Valdepinos.

De haberse reunido los dos yo podría narrarles ahora un encuentro verdaderamente grandioso y trascendente.

Lamentablemente, por encontrarse solo el cínico de Valdepinos tendrán que conformarse con esto.

Esto, por cierto, ocurre en un pequeñísimo galpón un día cualquiera, luego de diecisiete días y diecisiete noches exactamente iguales.

Al interior, Valdepinos, más cínico que nunca, se balancea sobre una silla como si su movimiento sirviese de contrapeso para alguien más, que por cierto no se encuentra.

Flaco, alto y rapado, Valdepinos se comporta como si hubiese alguien más en la habitación, alguien que hiciese exactamente lo mismo que él, pero a destiempo.

Quizá por eso, todo al interior de ese pequeñísimo galpón parece estar inclinado, incluso el propio Valdepinos, aunque este finge el equilibrio más perfecto.

Por otro lado, como si lo anterior no fuese suficiente, repite el cínico de Valdepinos, cada cuatro minutos, una única palabra:

Tinguiririca.

Y claro, de haber llegado ahí ese otro hombre, quizá esa única palabra hubiese dejado de ser única y hubiese sido entonces la invitación a la aparición de su contrapeso, que por lo demás desconozco.

Más tarde, sin embargo, buscando información que me permitiera deducir el contrapeso lingüístico correcto para la palabra pronunciada por Valdepinos, di con una información que vino a abrir otros posibles significados.

“El tinquiririquense o SALMA Tinguiririquense (del inglés South American land mammal ages) es una edad mamífero de América del Sur, división establecida para definir una escala geológica de tiempo para la fauna de mamíferos sudamericanos”.

¿Conocería esta información el cínico de Valdepinos?

¿Tendría algo que ver con esas huellas que parecen marcarse en las paredes del pequeñísimo galpón?

Supongo que nunca lo sabremos.

El peligro, sin embargo, es que Valdepinos –cinismo incluido-, siga con su único vocablo y su persistente movimiento inclinando al mundo hasta quién sabe qué consecuencias.

Así, no queda sino promover la investigación respecto a ese otro vocablo que pueda nivelar todo esto.

Sí usted lo conoce, o lo descubre, le pido completarlo en la línea que aparece más abajo.

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(No completar si no se sabe con certeza, por favor)