“You said some suffering
had taught me that”
Leonard Cohen
Soy lento en aprender.
Me sucede en muchos ámbitos,
pero sobre todo con las palabras.
El otro día por ejemplo,
pregunté el nombre de un pájaro,
pero lo llamé por el nombre que me dieron
y él ni siquiera miró.
Debe haber un error,
por tanto,
en todo aquello.
Así,
de pie en medio del mundo
fui llamando a cada cosa, y ser,
por el nombre que me enseñaron.
Y claro,
todo parecía no corresponder
con la sensación
que las mismas cosas transmitían.
Entonces, caí en el error
de dudar de mis propias sensaciones
en vez de cuestionar
aquello que me enseñaron.
Grandísimo error.
Y es que tal como dije en un inicio
soy lento en aprender.
Y claro…
nunca debemos dudar
de nuestras propias sensaciones.
Lamentablemente,
invertir el orden de estos aprendizajes,
suele provocarnos algún sufrimiento.
Y evitar ese sufrimiento, entonces,
puede llevarnos
a cambiar la comprensión
por un aprendizaje que coarta lo que somos,
lo que sentimos
y hasta lo que son, para nosotros,
los sentimientos de los otros.
Así,
nuevamente en el centro del mundo,
no queda sino renunciar a aquellas palabras
que nos protegen del sufrimiento,
pero que nos alejan de la comprensión real
de todo esto.
¡Y qué emoción al decir “todo esto”…!
¡Y qué necesidad tenemos de comprender “todo esto”…!
Y es que tal vez entonces,
el pájaro que no se acercó
cuando intenté nombrarlo,
cante cerca nuestro
y el corazón de todos se ilumine
de comprensión
de alegría
y de agradecimiento.
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