“Supero a los amateurs.
Soy el supra amateur.
Los profesionales son bombas de mierda.”
Francis Picabia.
Estoy en un recinto que hasta hace algunos años fue
una escuela rural.
Pusimos los sacos en un rincón y tapamos las
ventanas rotas con unos cartones y un pedazo de madera.
En el muro que está frente a nosotros aún queda un
cartel que estaba desde los tiempos de la escuela.
Tiene escrita una extraña sentencia:
“No
enseñamos especialidades.
No
enseñamos conocimientos específicos.
Todo
aprendizaje debe ser general y compartido por la comunidad.
Toda
especialización genera diferencias”.
Busco bajo el cartel, pero no hay nada hay sobre la
autoría de la frase.
Obviamente, suena a las reglas generales de la
escuela.
Supongo que fue escrita por el profesor que tenía a
cargo este lugar.
De todas formas ya es tarde y no tengo a quien
preguntarle.
Me quedo entonces pensando en aquella frase y en
aquel que la escribió.
Y claro… me quedo imaginando también, un tipo de
educación que no se enfoque en conocimientos específicos.
Un
aprendizaje general y que sea compartido por la comunidad, me repito.
Así, puede uno hasta imaginar una sociedad con esas
características.
Sé que no es algo muy práctico, a la larga, y que
es una idea que puede contradecirse fácilmente, pero debo reconocer que me
agrada lo que está ahí expresado.
Después de todo, cuando todos son capaces de todo –me
digo-, y ya no se necesitan los unos a los otros, deben de surgir (o no surgir)
los verdaderos lazos entre los individuos.
Los verdaderos afectos, incluso.
…
Debo darle unas cuántas vueltas más, a esta idea.
Justo por un rincón de la ventana que no alcanzamos
a tapar, observo una estrella fugaz, mientras escribo estas palabras.
Que tengan buenas noches.
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