Sueño que voy caminando, apurado, aunque no sé bien hacia dónde me dirijo.
No reconozco el lugar, pero podría decirse que son los pasillos de un mall, por los que camino junto a otras personas.
Entonces escucho que alguien me grita, desde lejos.
¡Oiga…! Se le desprendió la retina.
Sí, igual como si me dijeran que se me cayó algo del bolsillo o que olvidé algo en algún sitio, solo que esta vez se trata del desprendimiento de una retina.
Y claro, yo no me sorprendo (porque estoy en un sueño) y en cambio agradezco levantando una mano y me detengo para buscar por el piso, por si la retina hubiese caído.
Mientras busco, comprendo que la que se desprendió fue la del ojo derecho pues con el izquierdo veo a la perfección.
Con el derecho, en cambio, solo distingo luces y manchas.
Tras buscar durante un rato encuentro la retina, que en el sueño es similar a un lente de contacto.
La enjuago con un poco de agua mineral que traía en una botella y me la coloco de nuevo.
Calza a la perfección.
Lo que no coincide, sin embargo, es lo que veo por ese ojo.
Y es que entonces descubro que por cada ojo estoy viendo cosas distintas.
Me puse la retina de alguien más, me digo entonces, al interior del sueño.
Juego entonces a taparme uno u otro ojo para comprender un poco qué me pasa.
Me entretengo tango que luego de un rato olvido cuál era el mío, en un principio.
¿Cuál principio?, me digo entonces, casi con otra voz.
Justo cuando voy a responder, me despierto.
No sé bien hacia dónde me dirijo.
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